La acción repentina en el salón hizo que numerosas personas se sorprendieran. Sus rostros se tornaron brillantes cuando vieron claramente a la persona que había extendido su mano para detener a Xiao Yan. Inmediatamente usaron ojos de lastima para ver a Xiao Yan.
La mirada de Xiao Yan observó calmadamente la enorme mano ubicada en la caja jade del Fruto de Hueso Jade. Silenciosamente suspiró en su corazón:
«Realmente terminó así…»
Desde que esas cinco cajas jade fueron sacadas, Xiao Yan tenía la sensación de que probablemente su intento de intercambiar ingredientes medicinales no sería tan sencillo como había pensado. Al final, sus pensamientos realmente se volvieron reales…
Xiao Yan volteó vagamente la cabeza. Miró al gran anciano de rostro rojo que estaba parado a su lado, y arrugó débilmente las cejas.