La Persona Serpiente calva miró con ojos inusualmente solemnes el loto de fuego verde jade que permanecía frente a Xiao Yan. De la mirada completamente serena de Xiao Yan entendía claramente que si realmente daba otro paso al frente, el loto de fuego, que contenía una energía aterradoramente salvaje y violenta, definitivamente le sería disparado.
—Mocoso, realmente eres digno de ser el jefe de la Alianza Yan. Tienes algo de habilidad…
La Persona Serpiente calva se relamió los labios y rio. Sin embargo, la actitud ofensiva de antes se había desvanecido de su tono actual. Ahora, él comenzaba a creer un poco en los rumores de la tribu de que Xiao Yan era capaz de derrotar a un Dou Zong experto. Ese exquisito loto de fuego hizo que un miedo se filtrara en lo profundo de su alma.