Conforme la risa de Xiao Yan sonaba, la llama verde en su cuerpo lo envolvía con firmeza al instante hasta desaparecerlo en un abrir y cerrar de ojos debajo de la armadura.
Al haber sido preparada, la aglomeración de la armadura de llama de Xiao Yan era tan rápida que aterraba. Para cuando la filosa mano garra de Liu Qing repentinamente tuvo contacto cercano con el cuerpo de Xiao Yan, la armadura de llama ya había tomado forma completamente.
Los ojos de Liu Qing se encogieron ligeramente ante la armadura de llamas que había aparecido de repente. Al estar tan cerca, la temperatura extremadamente caliente de la armadura de llamas hacía que su cuerpo transmitiera débilmente un dolor abrasador. Su corazón se sorprendió de inmediato. La llama verde de ese tipo ciertamente era un poco extraña.