El corazón de Xiao Yan latió inmediatamente cuando escuchó la pregunta que el viejo del manto negro posó ante él. Sus ojos giraron un poco mientras un pensamiento pasaba rápidamente por su corazón.
—Si fuera a responder que lo había visto, ¿este viejo cometerá el trabajo sucio de matar a una persona para silenciarla para guardar el secreto?
Después de todo, la importancia de la Llama del Corazón Caído para la academia interna era muy inmensa. Por consiguiente, no era una gran maravilla que Xiao Yan tuviera esos pensamientos.
La palma de Xiao Yan se llenó de sudor mientras la atmósfera estaba tensa y presionante. La sensación presionante que el viejo del manto negro ante él emanaba no era inferior ni por un poco que la de Yun Shan de la Secta de las Nubes Brumosas. Con la fuerza de Xiao Yan, era probable que la otra persona lo sometería con un movimiento de su mano si se excluía la posibilidad de que Yao Lao le echara una mano.