Esa área vacía estaba cubierta con rocas. Cuando el bosque en expansión se encontraba con esa región rocosa, dejaba de expandirse. Por eso, la luz solar, que se dispersaba desde el cielo, no encontraba obstrucción alguna mientras era vertida en el terreno. El calor de la luz solar hacía que el cuerpo de la gente se sintiera cálido.
No muy lejos de esa región rocosa estaba una ladera de montaña que sobresalía. Había algunas rocas de diversos tamaños esparcidas por la ladera. En ese momento, había un gran número de personas sentadas o paradas encima o a los lados de esas rocas de montaña. Esas personas eran bastante jóvenes, de unos veinticuatro o veinticinco años. Sus ropas podían ser diferentes, pero todos tenían una insignia en forma de torre en sus pechos. Claramente, esos eran estudiantes mayores de la Academia Interna.
