Un viento fresco cortó a través del cielo, haciendo que la ausente y perpleja Nalan Yanran se recuperara. Al hacerlo, ella agitó su mano y como reflejo condicional, ella pareció estar tratando de agarrar la espada de luz que había sido disparada explosivamente hacia abajo. Sin embargo, con su fuerza actual, mostrar el Pináculo de Viento ya era un gran esfuerzo. Era imposible que ella lo dirigiera como sus extremidades. ¡Por eso, ella solo pudo observar mientras la espada larga cargaba una fuerza impresionante desde todas direcciones, mientras impactaba violentamente como un sol ardiente hacia Xiao Yan parado en el campo abierto!
Su corazón actualmente era un desastre total. Ella entendía que en su corazón contenía una impresión favorable, y quizá un pequeño espíritu de competencia de nunca querer admitirlo, hacia el joven llamado Yan Xiao. Un hombre que poseía la fuerza para someter a otros, sin tener un rostro hermoso.