Además de la risa brillante pero un tanto débil de Xiao Yan, todo el enorme campo abierto carecía de cualquier otro ruido. Todo el que escuchó el nombre de Píldora de Tres Líneas del Espíritu Verde miró con expresión de sorpresa al joven en el campo de competencias. ¿Quién habría esperado que ese joven de apariencia ordinaria en realidad fuese capaz de depender de su propia habilidad y en el último momento, arrebataría el puesto de campeón que estuvo a punto de caer en manos de otro país?
—Cielos. Él realmente estaba refinando la Píldora de Tres Líneas del Espíritu Verde. No sorprende que él necesitara cambiar la llama un par de veces —la Pequeña Princesa se cubrió la boca con su delicada mano. Su voz estaba llena de un asombro difícil de ocultar. Como alquimista, ella tenía un entendimiento más claro que la audiencia de lo aterradoramente difícil que era refinar y cuán terriblemente altas eran las probabilidades de fracaso.
