La mirada de Xiao Yan vio perezosamente ese trozo de jade roto de color negro. Él lo sujetó aleatoriamente en su mano. Ese trozo de jade que entró en su mano no era liso. En lugar de eso, estaba cubierto con pequeños gránulos y parecía como si el material no fuese muy bueno. Además, había unas ligeras grietas en el trozo de jade. Entre las aberturas incluso había manchas de tierra.
Mientras él jugaba con ese trozo de jade, las cejas de Xiao Yan se arrugaron. Por sus sentidos, él pareció sentir que esa cosa era algo extraña. Su Fuerza Espiritual la exploró, pero no encontró actividad ni recibió alguna información.
«¿No me digas que he sentido mal?»