En el lugar donde las dos calles se cruzaban, se encontraba un edificio muy grande, el cual estaba cubierto perpetuamente por una fragancia como de píldora medicinal. Encima de la altísima puerta principal estaba una placa con tres enormes y extravagantes palabras de aspecto antiguo, Asociación de Alquimistas. Resplandecía con un brillo plateado pálido que hacía que los peatones le arrojasen una mirada de respeto de forma involuntaria.
Siendo la sede de la Asociación de Alquimistas del Imperio Jia Ma, hasta el emperador tendría que ser modesto y cortés cuando llegase a ese lugar. Después de todo, la gente que vivía dentro de ese edificio podía crear una fuerza que era suficiente para sacudir a todo el imperio. Ellos pertenecían a la ocupación más respetada en todo el Continente Dou Qi.