—¿Qué hacemos ahora? Con esta criatura protegiendo, no tienes oportunidad de entrar —sentado junto a Xiao Yan, Xiao Ding preguntó con una armaga sonrisa.
Xiao Yan suspiró suavemente. Él colocó una Píldora Restauradora de Qi en su boca. Su garganta se movió mientras la tragaba. Luego de pensarlo un momento, él dijo suavemente.
—Independientemente de lo que pase, debo poner mis manos en esa Llama Divina. Sé lo difícil que es obtener una Llama Divina, por eso estoy mentalmente preparado. La dificultad de ahora no excede el nivel que puedo soportar.