—¿Quién te crees que eres? ¿Cómo te atreves a hablar de esa manera? —escuchando las palabras de Xiao Yan, Mo Xing primero quedó asombrado. Poco después, él vio el rostro joven de Xiao Yan e inmediatamente se volvió furioso. Xiao Li y Xiao Ding eran los líderes de compañía de la Compañía Mercenaria Metal del Desierto, por lo que no era nada extraño para ellos ser rudos cuando le hablaban a él. Sin embargo, ese pequeño mocoso que parecía ser sólo un joven en realidad se atrevió a reclamarse bruscamente. ¿Cómo eso no haría que Mo Xing se enfureciera por la pena?
Justo después de que la queja de Mo Xing dejara su boca, la expresión de Xiao Li se tornó repentinamente fría. Un arco eléctrico saltó de la lanza de acero de tungsteno que él sostenía en su mano. Él dio un paso al frente y disparó su lanza larga, la cual cargaba una fuerza filosa, ferozmente hacia la garganta de Mo Xing.