La arena de color dorado era el tono principal dentro de este vasto desierto. Vientos violentos llevaban la arena, engullendo el espacio entre la tierra y el cielo mientras rugía incesantemente.
En una duna de arena, Xiao Yan, quien estaba desnudo de la cintura para arriba, frunció el ceño fuertemente mientras miraba el mapa en su mano. Habían pasado más de diez días desde que entró al Desierto Tagger. Luego de más de diez días de caminar, Xiao Yan finalmente se había acercado a la región marcada por el símbolo de fuego en el mapa. Sin embargo, ya que él había entrado el día anterior a esa región, Xiao Yan era incapaz de encontrar rastros de una Llama Divina a pesar de haber buscado por un día entero.
—¿Por qué no hay nada? ¿No me digas que fuimos engañados por ese anciano? —Xiao Yan frunció el ceño mientras sacudía el mapa de piel de cabra en su mano y levantaba su cabeza para ver a Yao Lao que estaba flotando en el aire.
