En la entrada, había una figura alta con ojos transparente como, la fría y clara primavera en la cima de una montaña nevada, un rostro exquisito, y unas cejas largas. En cuerpo alto y ágil estaba un vestido plateado ajustado. El atuendo plateado y su cálida piel como jade se complementaban entre sí, dándole a la chica una belleza metálica gélida muy especial. Lo que hacía que otros estuvieran tan sombrados era que esta chica vestida de plateado en realidad poseía un largo cabello plateado que se extendía hasta su cintura.
Ese color plata no era el pálido color plateado de la enfermedad. Más que eso, era como suaves y agradables hilos plateados. Mientras se movía, le daba a la chica vestida de plateado una atracción extraña.