Luego de saltar de la cueva montañosa, la mirada de Xiao Yan recorrió el valle. En ese momento, la 'lámpara' dentro de la pequeña cabaña seguía encendida. Fuera de la cabaña, una delicada y hermosa figura que tenía puesto un vestido blanco estaba sentada en una pequeña silla. Apoyada contra la puerta y recibiendo la luz del fuego detrás de ella, la cabeza de la figura estaba hacia abajo, absorta en el pergamino de siete colores en su mano.
Pareciendo haber escuchado el sonido de pasos a una corta distancia, Xiao Yi Xian arrugó sus cejas y alejó su vista del pergamino. Ella observó al joven acercarse lentamente bajo la luz de la luna y no pude evitar sonreír.
—¿Tuviste éxito en tu entrenamiento? Todavía queda algo de comida fresca en la casa.