Durante el tiempo en que la misteriosa mujer agitó su mano, el enorme tornado verde del cielo se dirigió al León Alado Amatista de manera desenfrenada, llevando un viento que aullaba frenéticamente.
En las zonas donde pasaba el tornado, el bosque del suelo era arrancado, convirtiendo el lugar en un llano suelo amarillo mientras muchas bestias mágicas huían por todas partes.
Con la protección de Yao Lao, el afortunado Xiao Yan no fue expulsado por el viento. Sus manos sujetaron firmemente la rama del árbol mientras miraba el bosque que se había vuelto un desastre. Tragó saliva involuntariamente.
—¡Hmph!
Viendo al tornado girante que se aproximaba, la gran boca del León Alado Amatista resopló fuertemente. Agitó sus alas y el pilar de llamas púrpuras de veinte o treinta pies se abrieron paso y se dirigieron hacia el tornado.
Los dos enormes objetos colisionaron en el aire. En el momento del suceso, hubo un silencio muerto en el aire.
—¡Bang!