Viendo de reojo a la maestra Ruo Ling que estaba observándolo con una sonrisa falsa plasmada en su rostro, Xiao Yan no pudo evitar estirar sus manos antes de fingir una malvada mirada firme a Xun Er quien había cubierto su boca para ocultar su risa.
—Jeje, concluyamos el registro de hoy con esto; nos quedaremos otros siete días aquí. Felicidades a todos los nuevos estudiantes que han pasado hoy; a partir de ahora, serán miembros de la academia Jia Nan. Espero que todos los estudiantes concluyan sus preparativos en siete días, tras los cuales el emisario volador de la academia Jia Nan llegará a la Ciudad Wu Tang y seremos capaces de volar directamente a la academia.
La maestra Ruo Ling enrolló el pergamino de piel de cordero en su mano mientras reía suavemente.
Ante estas palabras, los rostros de todas las personas en la tienda se iluminaron con felicidad.