Observando al hombre del manto negro que había entrado, Xiao Zhan y los tres ancianos le dieron la bienvenida de inmediato. Avanzando con pasos veloces, Xiao Zhan mostró una sonrisa respetuosa y dijo.
—Estimado invitado, perdóneme por haber estado ocupado con los asuntos del clan y ser incapaz de salir a saludarlo, perdóneme por favor.
—Jaja, no tienes que ser tan formal.
Bajo el manto negro, una voz vieja resonó.
Xiao Yan asintió ansiosamente y dirigió una mirada significativa a los tres ancianos, incitándolos a despejar el camino de inmediato y dijo con una sonrisa.
—Siéntese por favor, estimado invitado.
El hombre cubierto por el manto negro asintió y, sin ser formal, caminó directamente y se sentó al lado de la cabeza de la mesa.