Abandonando inexpresivamente el salón principal, el frustrado Xiao Yan siguió su rutina diaria y escaló lentamente hasta la cima de la montaña detrás del edificio del clan. Sentándose en la cima de la montaña, Xiao Yan miró tranquilamente las cimas inclinadas alejadas que estaban rodeadas por la niebla. Allí, en la niebla, se encontraba la famosa Cordillera de Bestias Mágicas del Imperio Jia Ma.
—Jeje, poder ah… En este mundo, sin poder, ni siquiera eres digno de excremento. Al menos, nadie trata de pisar excremento.
Con los hombros agitándose arriba y abajo, la suave voz de autoburla del joven resonó por la cima de la montaña, llenando el aire de tristeza.
Tirando de su pelo, Xiao Yan mordió su labio, permitiendo que el sabor sangriento se esparciera en su boca. Aunque no dejó que sus emociones lo abrumaran en el salón principal, las palabras de Nalan Yanran apuñalaron su corazón como cuchillos.
—¡Nunca seré insultado así otra vez!
Abriendo su mano izquierda, la cual aún tenía la cicatriz ensangrentada de los eventos del día, la voz de Xiao Yan fue ronca, pero firme.
—Jeje, niño, parece que necesitas ayuda.
Justo cuando Xiao Yan hizo su juramento, una extraña risa marchita entró a sus oídos.
El rostro de Xiao Yan cambió y volteó inmediatamente. Con una vista de halcón, revisó sus alrededores, pero ni siquiera encontró una sombra…
—Jeje, deja de buscar, estoy en tu dedo.
Justo cuando Xiao Yan pensó que estaba alucinando, la risa extraña sonó vagamente otra vez.
Los ojos de Xiao Yan se contrajeron y su vista cayó sobre el anillo negro de su mano derecha.
—¿Estás hablando?
Soportando el latido de su corazón, Xiao Yan trató de mantener tranquila su voz.
—Niño, eres bastante tranquilo para no estar muerto de miedo.
Desde el anillo, una voz burlona resonó.
—¿Quién eres? ¿Por qué estás en mi anillo? ¿Qué estás tratando de hacer?
Tras calmarse, Xiao Yan hizo las preguntas esenciales.
—¿Quién soy? No tienes que saberlo, no te lastimaré. Jajaja, después de todos estos años, finalmente encontré a alguien con un alma tan fuerte. ¡Qué suerte! Jeje, debo agradecerte por tus ofrendas durante los últimos tres años, probablemente aún estaría durmiendo de lo contrario.
—¿Ofrendas?
Xiao Yan parpadeó con confusión. Tras un momento, su rostro se oscureció y palabras escalofriantes salieron de sus dientes con dificultad.
—La desaparición de mi Dou Qi…¿tú hiciste eso?
—Jeje, tuve que hacerlo, niño, no te enfades conmigo.
—¡Desgraciado!
El normalmente tranquilo y compuesto Xiao Yan se enfureció como un lunático. Su pequeño rostro se llenó de barbarie y, sin importarle que el anillo era el único memento de su madre, sacó el anillo de su dedo y lo arrojó al risco con todo su poder.
Mientras el anillo abandonaba su mano, la mente de Xiao Yan se aclaró finalmente. Con prisa, trató de atrapar el anillo volador, pero el anillo ya había pasado el risco, en caída libre por la montaña…
Observando al anillo que desaparecía en la niebla, Xiao Yan se congeló por un largo tiempo. Finalmente, su rostro perdió su brutalidad y se calmó. Golpeó su frente, molesto.
—¡Idiota, eso fue muy imprudente, muy imprudente!
Dándose cuenta de que el culpable de su humillación de los últimos tres años era el anillo que siempre usaba, no era una sorpresa que Xiao Yan reaccionara de una manera tan violenta.
Tras sentarse en el filo del risco por un largo tiempo, Xiao Yan sacudió su cabeza impotentemente. Poniéndose de pie, se preparó para volver, pero sus ojos se abrieron completamente y su dedo apuntó temblorosamente a la cosa en frente de él.
En frente de Xiao Yan, se encontraba el anillo negro, flotando en el cielo. Pero lo que sorprendió más a Xiao Yan fue la figura arrugada transparente sobre el anillo…
—Oye, niño, no tienes que enfadarte tanto, ¿verdad? Solo tomé tres años de tu Dou Qi.
El anciano transparente le sonrió al sorprendido Xiao Yan.
La boca de Xiao Yan se torció y suprimió su ira. Dijo.
—Viejo, ya que estuviste escondiéndote dentro del anillo, debes saber cuánto dolor me has causado desde que tomaste mi Dou Qi, ¿cierto?
—Pero, con estos tres años de humillaciones, has madurado, ¿verdad? ¿Crees que, hace tres años, habrías tenido esta clase de tolerancia y mentalidad?
Xiao Yan frunció sus cejas, pero sus emociones empezaron a calmarse. Después de la ira, un poco de felicidad llenó a Xiao Yan. ¡Ya que sabía por qué su Dou Qi estaba desapareciendo, su talento había regresado!
Pensando en la posibilidad de quitarse el título de lisiado que muchos otros le habían puesto, Xiao Yan sintió que había renacido. El detestable anciano en frente de él no se veía tan molesto como antes.
¡Algunas cosas, después de que desaparecen, harían que uno empezara a apreciar su valor! ¡Tras perderlo y recobrarlo, uno lo atesora más!
Torciendo levemente su muñeca, Xiao Yan exhaló un largo respiro y dijo.
—Aunque no sé quién eres, me gustaría saber si planeas quedarte en el anillo para robar mi Dou Qi. Si ese es el caso, entonces te pediría que encuentres un nuevo propietario. No me puedo permitir seguir criándote.
—Jeje, otras personas no tienen una Percepción del Alma tan fuertes como tú.
El anciano acarició su barba.
—Ya que ya elegí aparecer, entonces, antes de que me des permiso, no tomaré tu Dou Qi.
Xiao Yan giró sus ojos y resopló sin decir nada. Ya había decidido que, sin importar lo que diga el anciano, no se quedaría con el anillo.
—Niño, ¿quieres volverte fuerte? ¿Quieres ser respetado por otros?
Aunque Xiao Yan ya había decidido no tener nada más que ver con el anciano, su corazón empezó a latir rápidamente cuando escuchó esas palabras.
—Ya sé por qué mi Dou Qi estaba desapareciendo y, con mi talento, ¿por qué te necesito para hacerme fuerte?
Exhalando un pequeño respiro, Xiao Yan dijo sin problemas. Sabía que no había almuerzos gratis en este mundo. Deberle un favor a una persona misteriosa no era un movimiento inteligente.
—Niño, aunque tu talento es muy bueno, debes saber que ya tienes quince y tu Dou Qi solo está en Duan 3. Creo que escuché que tu ceremonia de adultez es el próximo año, ¿verdad? ¿Crees que, dentro de un año, utilizando tu talento y trabajo duro, podrás llegar a Duan Qi 7? Además, la chica con la que prometiste luchar en tres años tampoco tiene poco talento. ¿Quieres alcanzarla y superarla? No va a ser sencillo.
El rostro del anciano que estaba lleno de arrugas floreció como un crisantemo.
—Si no hubieras tomado mi Dou Qi, ¿crees que algo de esto habría ocurrido? ¡Viejo desgraciado!
Después de que su mayor debilidad fue expuesta, el rostro de Xiao Yan se oscureció una vez más y empezó a maldecir.
Tras maldecir, Xiao Yan sintió un poco de desesperación. En su situación actual, sin importar cuánto maldijera, no habría ningún efecto. La práctica del Dou Qi requería una base fuerte. Cuando tenía cuatro, le tomó seis años llegar a Duan Dou Qi 9. Incluso con su talento, llegar a Duan Qi 7 en solo un año era imposible.
Suspirando con depresión, Xiao Tan miró al anciano pretencioso. El borde de su boca se curvó y preguntó.
—¿Tienes una solución?
—Tal vez.
El anciano respondió vagamente.
—Si me ayudas a llegar a Duan Qi 7 en tan solo un año, entonces te perdonaré por tomar mi Dou Qi por tres años. ¿Qué tal?
Xiao Yan respondió agudamente.
—Jeje, más querrías, niño.
—Si no puedes ayudarme, ¿por qué debería mantenerte a ti, alguien inútil, a mi lado? Debes encontrar otra persona desafortunada…
Xiao Yan sabía que el anciano transparente no podía tomar Dou Qi de otras personas al azar, así que sabía que tenía algo de ventaja en las negociaciones.
—Ni siquiera estás cerca de parecerte un joven de quince años. Parece que estos tres años realmente te ayudaron a crecer mucho. ¿Mi plan fue contraproducente?
Mirando al astuto Xiao Yan, el anciano pausó y sacudió su cabeza estupefactamente.
Xiao Yan encogió sus hombros y dijo ligeramente.
—Si quieres que te mantenga a mi lado, al menos debes tener algo de sinceridad, ¿cierto?
—Qué lengua tan afilada, niño. Bien, bien, después de todo, sí necesito tu ayuda.
Sin otra opción, el anciano asintió y pisó el suelo lentamente. Tras examinar a Xiao Yan por un rato, una sonrisa traicionera se amplió en su rostro. Pero apenas apareció, se esfumó y el anciano meditó por un momento antes de preguntar a regañadientes.
—¿Quieres volverte un alquimista?