La mirada de Yue Mei contenía un poco de sorpresa mientras miraba el rostro joven que tenía una sonrisa cálida. Por alguna razón desconocida, Yue Mei tenía el presentimiento de que ese rostro era un tanto familiar. Sin embargo, era incapaz de recordar dónde lo había visto.
—¿Eres del Imperio Jia Ma?
Las pupilas de serpiente revisaron al joven del manto negro ante ella mientras preguntaba con algo de cautela.
Xiao Yan no pudo evitar sonreír cuando vio el comportamiento alerta de Yue Mei. Asintió de inmediato y dijo.
—Relájate, soy del Imperio Jia Ma.
Yue Mei solo suspiró con alivio cuando escuchó eso. Había luchado para levantarse cuando la irritada sensación de debilidad que era emitida por su cuerpo hizo que fallara en su intento. Solo pudo suspirar ferozmente. Una píldora medicinal redonda que emitía una fragancia serena apareció ante ella en su impotencia. Una risa la siguió pronto.
