Xiao Yan se situó en las escaleras de roca luego de haber salido del estudio del Primer Anciano Su Qian. Alzó la cabeza hacia el cielo y exhaló un poco de aire. Medusa lo seguía como una sombra. Su hermoso rostro era frío, y estaba indispuesto a decir una sola palabra.
Ocasionalmente había algunos Ancianos de la Academia Interna yendo y viniendo del estudio. Esas personas que poseían un estatus bastante alto en la Academia Interna, detenían sus pasos y conversaban con entusiasmo y le sonreían a Xiao Yan. No tenían el más mínimo comportamiento de Anciano que usaban cuando hablaban con los estudiantes ordinarios. Claro, ellos sabían muy bien en sus corazones que sus famosos estatus de Ancianos no tenían la más ligera utilidad ante ese joven frente a ellos.
Xiao Yan despidió a esos Ancianos que lo habían saludado antes de suspirar de alivio en silencio. Solo habían pasado un par de meses desde que se habían visto. ¿Realmente necesitaban ser tan sinceros y entusiastas?