Conforme el trío llegaba a un acuerdo, Wu Hao y Hu Jia agitaron sus manos. Ambos llevaban a cada uno de sus cuatro competidores restantes mientras caminaban lentamente en dirección en la que estaban Xiao Yan y Xun Er.
Una frialdad oscura recorrió los ojos de Bai Shan cuando él vio las acciones de esos dos. Volteó y miró cruelmente a Xiao Yan, quien tenía los ojos cerrados. Después, su mirada se volvió a detener en la joven, quien estaba parada hermosamente frente a Xiao Yan, cierta intoxicación surgió en su rostro. Él apretó fuertemente sus puños y murmuró suavemente:
—¡Eres mía!
Bai Shan sujetó el mango de su lanza y caminó hacia donde estaban Xiao Yan y Xun Er.