Dentro de la habitación, las manos de Xiao Yan estaban ubicadas en forma de protección frente a su rostro. Tras un largo rato, Xiao Yan miró a través de la abertura entre sus manos y miró el anillo negro frente a él que nuevamente estaba calmado. Solo entonces él bajó sus brazos. Inspeccionó su cuerpo, el cual no parecía tener deformaciones.
La ropa de Xiao Yan, que parecía haberse abultado tras recibir un golpe de la onda espiritual ya había bajado lentamente. Tras sentir que no había sensación de incomodidad siendo emitida de su cuerpo, Xiao Yan finalmente suspiró ligeramente de alivio. Levantó su cabeza y miró el anillo de almacenamiento negro frente a él. Sin embargo, él seguía sin ver la figura de Yao Lao.