Mientras observaba a la Bestia Mágica caída a su lado, Xiao Yan lanzó a un lado la tela que estaba llena de sangre en su mano. Luego de eso, volteó su mano y una daga apareció. Agachándose, él abrió la cabeza de la Bestia Mágica mientras ignoraba a todos y comenzó a buscar lentamente dentro de ella.
Luego de unos cuantos cortes más, las cejas de Xiao Yan comenzaron a arrugarse mientras sacudía su cabeza inútilmente. Él removió la sangre en la daga y la guardó. Finalmente, se levantó y se encogió de hombre ante aquellos que lo estaban observando.
—Parece que no tengo suerte. No hay nada.
Escuchando las palabras de Xiao Yan, todos gradualmente comenzaron a recuperarse del shock. Mirando las manos vacías de Xiao Yan, Ka Gang sólo pudo sacudir su cabeza tristemente. Luego, él sacudió su mano y gritó.
—Todos, ayudemos primero al Líder de la Compañía a acabar con la otra Bestia Mágica.