La luz de los hechizos conjurados y el sonido del metal chocando desaparecieron poco a poco. Los cuatro valientes aventureros habían acabado con todos los guardias esqueletos y habían desbloqueado el sello de la puerta. Habían llegado a la torre mágica.
En la oscuridad, la torre mágica era como un monstruo esperando a su presa. La puerta era su boca, la cual se abrió de par en par. Después de devorar a los aventureros, todo volvió a la normalidad y se calmó.
En el patio, cuando el sello fue retirado, Lucien sintió las hojas podridas y el olor a tierra en el aire. Dijo por simpatía.
