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Mu Xiaoxiao estaba aturdida.
Sin embargo, después de permanecer en Estados Unidos durante cuatro años, ya era inmune a todo tipo de líneas de ligue.
Mientras pensaba en su personalidad y en los rumores de que él era un playboy involucrado en muchos escándalos, asumió que sólo se estaba burlando.
Los hombres de su tipo podrían llegar fácilmente a todo tipo de conversaciones suaves.
Se encogió de hombros y dijo: —Si no vas a decirlo, entonces olvídalo.
La luz del semáforo cambió a verde. Feng Shengyang arrancó el automóvil, sonriendo mientras decía: —Si no me crees, no hay nada que pueda hacer al respecto.
Mu Xiaoxiao se giró para mirar por la ventana, sin interés en entretenerlo.
Cuando estaba en Estados Unidos, muchos tipos habían intentado cortejarla. Los más molestos eran los conversadores suaves como él, que coqueteaban con cualquier chica. Eran realmente indecentes.