Mu Xiaoxiao lo encontró divertido y se rio. —¿Desde cuándo aprendiste a contar chistes?
—Uh, hace poco. —Lu Yichen respondió serio.
Incapaz de controlarse por más tiempo, Han Qiqing finalmente levantó la cabeza y sonrió al saludar a Lu Yichen. —¡Hola! No creí que te encontraría aquí; ¡realmente es una coincidencia!
—Es toda una coincidencia —dijo Lu Yichen, asintiendo con la cabeza. Sus ojos cafés oscuro, sin embargo, reflejaron una sonrisa.
Han Qiqing sintió la misteriosa sensación de haber sido expuesta.
¿Podría ser que él ya la hubiese descubierto por las veces anteriores?
Y con ella mencionando lo coincidente que era, no era que...
Han Qiqing se sentía muerta de vergüenza y bajó la cabeza, sin atreverse a mirar a Lu Yichen.
Rápidamente,Mu Xiaoxiao cambió el tema para ayudar a su buena amiga. Sonrió mientras le decía a Lu Yichen: —¿Qué hay de bueno para beber aquí? Recomiéndanos algo.