¡No me empujes tan lejos!
Ella era un humano y tenía un temperamento, ¿está bien?
Mu Xiaoxiao no había estado así de enojada en años.
Sólo podía sentir la rabia emanar de su corazón, y ahí no había espacio para empatizar con BaiMeijiao.
Hay un dicho que dice: "Ser piadoso con los enemigos es ser cruel con uno mismo". ¡y era tan cierto!
—¡Ah! ¡Me duele! ¡Mu xiaoxiao, zorra! ¡suéltame! ¡te mereces una muerte horrible por hacerme esto! —los delicados y gentiles modos de BaiMeijiao habían desaparecido por completo y en su lugar había fiereza.
Ella seguía insistiendo y lucía lista para matar a Mu Xiaoxiao.
Tirarle el cabello a tu enemiga no sólo era el ataque más común entre las chicas, sino que también el más efectivo.
El cuero cabelludo de BaiMeijiao estaba entumecido por los tirones de cabello y ya no tenía fuerzas para defenderse o atacar de vuelta.