Mu Xiaoxiao originalmente estaba pensando en cómo consolarla, pero al oír tal afirmación, se paralizó.
—¿Ah? ¿Estás diciendo que a Lu Yichen…? ¿Le gusto? ¡Por supuesto que no!
Casi no hubo titubeo cuando negó apresuradamente la hipótesis de Han Qiqing.
Sin embargo, Han Qiqing sólo sonrió irónicamente. —¿Cómo podría no ser así? ¡Hay una gran diferencia entre cómo nos trata a ti y a mí!
Era la primera vez que veía a Lu Yichen interactuando con una chica de forma tan amablemente y sin su habitual comportamiento frío.
Aunque ya había tenido un indicio de la verdad antes, aun así, decidió hacer la vista gorda. ¿Cómo podría a Lu Yichen gustarle Mu Xiaoxiao cuando sólo se habían conocido durante tan poco tiempo?
Ahora, sin embargo, no quería seguir propagando éste autoengaño por más tiempo.
¡El tiempo era irrelevante cuando se trataba de asuntos del corazón!