—D… Deja de bromear —Mu Xiaoxiao se ruborizó por la mirada y entró en pánico.
De todos modos, Yin Shaojie le agarró la mandíbula con un suave movimiento y se inclinó hacia adelante, luciendo como si realmente quisiera besarla.
—¡Yin Shaojie! —chilló de pronto—¿Qué estás haciendo? ¡Deja de bromear! —se puso muy tímida ante su mirada.
Incluso si él estaba bromeando, esto no era algo apropiado para bromear.
Los elegantes dedos de Yin Shaojie gentilmente apretaron sus labios a medida que su mirada se tornaba oscura. —No estoy bromeando. No me gusta cuando dices su nombre, ¡Y no me gusta cómo lo estás defendiendo!
Él la iba a castigar por ser desobediente.
—Y...Yo no…—ella no estaba tratando de defender a Lu Yichen. ¡Ella sólo había tratado de decir la verdad!
Su mirada se sintió cálida y la parte de ella a la que él estaba mirando se tornó tibia. —Primero déjame ir…—Mu Xiaoxiao luchó débilmente.