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Qué susto.
Ella miró a Yin Shaojie y dijo espantadamente: —Es sólo una carrera. ¿Tienen que conducir tan peligrosamente? ¿Ustedes también conducen así?
Aunque ella no sabía mucho acerca de coches, ella sabía que, dada la velocidad de ese coche en ese momento, si chocaban contra ellos, ¡ambos coches definitivamente se destrozarían!
Sólo estaban en una carrera. ¿Había necesidad de poner sus vidas en juego?
Yin Shaojie entrecerró los ojos cuando le recordó lo que su amigo le había mencionado por teléfono antes, que el chico de Ciudad Este corría de una manera totalmente imprudente.
¿Estaba conduciendo ese Lamborghini?
Después de haber conducido por éste camino de la montaña durante tanto tiempo, nunca había visto a una persona que condujera de una manera tan loca.
Había muchos rincones en la carretera de la montaña y muchas oportunidades para adelantar otros coches. No había necesidad de elegir un lugar tan peligroso para hacerlo.
