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—¿Apuesta? —Mu Xiaoxiao se echó a reír.
A juzgar por el juego, probablemente iba a ganar. ¿Por qué estaría de acuerdo con cualquier apuesta? Ella no era estúpida.
Además, el juego casi había terminado. ¿No era demasiado tarde para hacer apuestas?
Ella cruzó los brazos sobre su pecho y dijo: —Sólo toma esto como un calentamiento. Termina el juego primero.
Los ojos de Feng Shengyang se curvaron mientras sonreía. Sus ojos todavía no miraban la mesa, pero casualmente empujó el taco.
La pelota entró en el hoyo.
Mu Xiaoxiao levantó las cejas. —Si eres tan bueno, ¿quién va a apostar algo contra ti?
Ella tenía que encestar 3 bolas mientras él quince. Sin embargo, todavía ganó.
Si no hubiera hecho trampa, habría perdido mucho antes.
