—¡YIN - SHAO - JIE! —ella gritó con pánico. La velocidad del auto era demasiada y sus palabras fueron cortadas por el viento.
—¡Deja de gritar! ¡Siéntate bien y sujétate con fuerza! Esto terminará pronto, ¡Sólo aguántalo! —usualmente, Yin Shaojie no tenía ni un sólo cabello fuera de lugar cuando estaba compitiendo. Hoy era diferente. Pudo comprobar de vez en vez que sudor frío corría por sus cejas.
Entre el público, una complacida Han Yun'er se llenaba de los gritos de Mu Xiaoxiao y rugía de risa.
Sonrió con maldad. ¡Veamos cómo mueres, zorra!
…
En la pista, el Bugatti azul zafiro derrapó en una esquina con elegancia, permaneciendo en la delantera.
En el auto, el rostro de Mu Xiaoxiao estaba cada vez más pálido, parecía que su sangre se iba directamente desde su rostro hasta sus piernas. Se veía como si estuviera enferma.
Yin Shaojie se dio cuenta de su malestar. Frunciendo el ceño preocupado, preguntó: —Xiaoxiao, ¿Estás bien?