Yin Shaojie se volvió hacia ella y le dijo: —Está bien, sirve la comida entonces.
Usualmente tendrían comidas después de que terminara la escuela. Así que pensó que Xiaoxiao tendría hambre en ese momento, que era más tarde de lo habitual.
Mu Xiaoxiao chasqueó la lengua dirigida hacia la parte posterior de su cráneo, refunfuñando.
«¡Yin Shaojie, mentiroso!»
«¡Bastardo!»
«Me mentiste, pero aun así no serás honesto conmigo. Te di una oportunidad, pero no la tomaste. ¿O sólo pretendías deliberadamente no entender lo que estaba insinuando?»
Mu Xiaoxiao pensó que con su agudo discernimiento habitual, debería poder leer los matices en su expresión.
¿Por qué no podía captar la frustración en sus ojos hoy?
Cuanto más pensaba, más sombría se ponía. Y Mu Xiaoxiao no pudo evitar extender su mano para darle una palmada en la cabeza.
Yin Shaojie la miró.
Mu Xiaoxiao dijo con un resoplido: —¡Date prisa y ayúdame a levantarme!
