Mu Xiaoxiao la miró perpleja y preguntó: —¿No dijiste que estabas ocupada? ¿Ya terminaste?
Han Qiqing se burló: —Es todo porque ese joven maestro tuyo. Después de escuchar que ibas a volver sola a la villa, tuvo miedo de que te pasara algo, así que dejó que Song Shijun y yo viniéramos a acompañarte.
Mu Xiaoxiao no pudo evitar reír. —Ya no soy una niña.
Después de todo lo que había sucedido, ahora estaba muy vigilante.
Han Qiqing bromeó: —Pero para el Gran Maestro Yin eres su amada. ¿Qué haría él si te pasara algo?
Mu Xiaoxiao cambió rápidamente de tema. —Bien que ustedes dos estén aquí. Empaca rápido. Volvamos más temprano.
Han Qiqing no entendió. —¿Volver tan temprano? Sólo es mediodía. Vamos a relajarnos un poco más. Todavía hay muchos lugares y paisajes que no hemos visitado. Vamos a tomar algunas fotos bonitas…
