Cuando Mu Xiaoxiao recordó que Yu Zhe besó el dorso de su mano públicamente anteriormente, miró hacia Yin Shaojie a su lado, preocupada de que estallara.
Le aconsejó a Yu Zhe: —Deberías irte. No nos sigas más. Éste chico no tiene buen temperamento. ¡Si continúas siguiéndonos podría darte una paliza!
Yu Zhe susurró disculpándose, —Lo siento... no me estaba escondiendo adecuadamente. No tenía intención de molestarte. Yo sólo…
Sólo quería mirarte desde lejos.
Ese era su propósito para venir a la excursión de otoño.
No se atrevía a esperar perdón, y sólo quería mirarla desde lejos. De esa manera, podría acumular muchos recuerdos de ella, lo que le permitiría recordarla durante mucho, mucho tiempo.
Mu Xiaoxiao tenía un corazón muy suave. Al ver a Yu Zhe así, no tuvo el corazón para ahuyentarlo.
Miró hacia Yin Shaojie y tiró de su mano.
Yin Shaojie resopló: —Haz lo que quieras.
Mu Xiaoxiao sonrió radiante. —¿De verdad?