—¿Qué pasó? ¿Qué hice? —le preguntó Mu Xiaoxiao, sin entender que había dicho él.
La expresión de Yin Shaojie era anormal, era como si él tuviera problemas para hablar. No importaba que hiciera ella, él no diría nada. Escondió la cabeza bajo las sábanas, esperando volver a dormir.
—¡Yin Shaojie! Eres tan desagradable, hablando en claves. ¿Qué te hice ayer? ¡Dime, quiero saber! —dicen que la curiosidad mató al gato. Mu Xiaoxiao sentía mucha curiosidad. Si él no le respondía, ella no lo dejaría ir fácilmente.
Yin Shaojie la apuntó con su dedo desde debajo de las sábanas y dijo: —¿Qué me prometiste ayer?
Mu Xiaoxiao de pronto recordó lo que le había dicho y exclamó: —Oh…¡Ya sé! Jie, dime. ¡Dime rápido!
Ella había dormido bien la noche anterior. Sólo recordaba haber cerrado los ojos la y haber despertado hoy. No tenía memoria alguna de lo que había hecho.