Mu Xiaoxiao, atónita, dijo: —¿Pasar la noche aquí? ¿Por qué tienes que pasar la noche aquí?
Pero Yin Shaojie no se preocupó por ella y se metió a la ducha.
Mu Xiaoxiao se quejó y se recostó en el sillón.
Ella pensó en algo. De pronto, se dio vuelta, se sentó y corrió a la puerta del baño y la golpeó para hablar con él, que estaba adentro.
—¡Ey, vas a dormir en el sillón! No pienses en dormir conmigo.
Era tarde, mientras Yin Shaojie seguía en la ducha, ella corrió al baño de la habitación para ducharse. Incluso cerró con pestillo la puerta de la habitación.
Ahora no había forma de que el pudiera entrar.
De todos modos, cuando Mu Xiaoxiao terminó de ducharse y salió a la habitación, vio a Yin Shaojie usando sólo una toalla, sentado en la cabecera jugando con su teléfono.
Ella preguntó sorprendida: —¿Cómo entraste aquí?
¡Ella definitivamente había puesto pestillo a la puerta!
