—Me pagarás. —Mu Xiaoxiao se iluminó al decir esto.
El corazón de Lu Yichen se ablandó cuando recordó que ella dijo que estaba segura de que él seguiría adelante en la vida.
De repente, Mu Xiaoxiao le ofreció una mano. —¿Tienes algo de dinero contigo? Préstamelo.
A pesar de que Lu Yichen no sabía para qué quería el dinero, de todas formas, lo sacó de su bolsillo y lo puso en su palma. —Sólo tengo esto. ¿Estás pensando en comprar algo de comer?
Mu Xiaoxiao levantó el dinero en su mano y le preguntó: —¿Esto es todo lo que tienes?
—Sí, esto es todo. Si no es suficiente, puedo ayudarte a pedir dinero prestado a otra persona.
Sin embargo, Mu Xiaoxiao negó con la cabeza y sonrió. —Mira, estás dispuesto a entregar todo el dinero que tienes. Por lo tanto, prestarte algo de dinero no es un gran problema en absoluto.
Lu Yichen no sabía si reír o llorar. —¿Cómo es lo mismo?
¿Cómo podrían compararse 50 yuanes con dos millones?
