Con una mirada de desaprobación, Mu Xiaoxiao dijo indiferentemente. —Oh, nunca pedí que me lo agradecieras.
Fue porque ya no soportaba verlas, no es que estuviera tratando de hacer el papel de una buena persona.
Mu Xiaoxiao miró hacia abajo, al moretón en su pierna que parecía bastante serio, y ella dijo con calidez: —Deberías ir a la enfermería.
—¡Preocúpate de tus asuntos! —dijo An Zhixin airadamente a medida que se volvía cada vez más resentida hacia Mu Xiaoxiao.
¡Éste mundo era demasiado injusto!
¿Cómo podrían las chicas, que eran como Mu Xiaoxiao, ser capaces de convertirse en la novia de Yin Shaojie?
Y ella, que era demasiado amable, era acosada sin que nadie estuviera dispuesto a ayudarla.
«¿Era esta la cruel realidad?»
¿Por qué no había un protagonista masculino que apareciera en el momento justo como en las novelas para salvar a la damisela en apuros?