Entonces, si él perdía, no podría culparla. Todo lo que podría hacer sería admitir que ella era más inteligente que él.
En su segundo lanzamiento, Mu Xiaoxiao obtuvo unos buenos siete puntos.
Ahora era su turno. Sostuvo la bola y caminó con la mirada al frente. La bola dejó su mano y el ruido de los pinos fue muy fuerte. Esta vez, derribó todos los pinos.
¡Diez puntos!
Mu Xiaoxiao quedó pasmada por un segundo. ¿Qué tipo de situación es esta?
¿Cómo pudo lanzar un strike en su segundo intento?
¡Era ilógico!
Ella sonrió burlona. —¡Tienes buena suerte!
Lu Yichen sonrió, y podía apreciarse cierto interés en sus ojos. No ofreció ningún tipo de explicación y estuvo de acuerdo con ella. —Sí, fue sólo suerte.
El tercer lanzamiento de Mu Xiaoxiao fue regular y sólo obtuvo dos puntos.
Lu Yichen le lanzó una mirada y de pronto sonrió. Sostuvo la bola, avanzó y en un hermoso movimiento lanzó la bola.
¡Diez puntos nuevamente!