Mu Xiaoxiao usó sus pequeñas manos para empujarlas contra su pecho, golpeándolo ansiosamente.
Fue sólo entonces que Yin Shaojie recuperó el sentido y gradualmente aflojó su control sobre sus labios. Su respiración era salvaje y pesada cuando preguntó en voz baja: —¿Qué pasa?
La cara de Mu Xiaoxiao estaba arrugada mientras se quejaba: —La mesa está dura y me incomoda que me presionen.
Yin Shaojie miró detrás de ella. Al levantarla de nuevo, la abrazó y volvió a sentarse en la silla.
—¿Está bien ahora? —se recostó en el respaldo. Con una mano detrás de su cabeza, presionó sus labios cerca de los suyos.
Los labios de la pareja se encontraron de nuevo.
La cara de Mu Xiaoxiao estaba realmente roja, pero no rechazó sus avances. Ella dejó que la besara obedientemente y, a veces, incluso correspondía tímidamente.
Ese beso duró mucho tiempo.
Mu Xiaoxiao se dio cuenta de que Yin Shaojie era diferente esta vez.