Yin Shaojie echó un vistazo a su teléfono. Aunque sólo era un perfil lateral, podía decir que la niña era An Zhixin.
El Bentley detrás de ella... no era algo que una persona adinerada normal pudiese permitirse.
Él entrecerró los ojos.
«¿Qué demonios estaba pasando?»
Después de mirarlo dos veces, Yin Shaojie le quitó el teléfono.
Mu Xiaoxiao pensó que estaba tratando de examinar la imagen más a fondo, pero lo dejó a un lado inesperadamente y en su lugar sostuvo su mano.
Él dijo: —Muy bien, ignoremos a las personas sin importancia y volvamos a los negocios.
Mu Xiaoxiao estaba aturdida. Era evidente que ella no había dado vueltas las cosas.
«¿Negocio? ¿Qué negocio?»
Luego lo vio alcanzar el mouse, abrir una página web e ingresar a Weibo.
Mu Xiaoxiao recordó al instante y sus ojos se abrieron.
—Hmm... necesito ir a clase. No te molestaré más.
¡Ella necesitaba escapar rápidamente!
