Mo Xiaomeng fue arrastrada al lado de Ye Sijue.
Pareció haber encontrado una sensación de seguridad y se agarró al brazo de Ye Sijue con las manos.
El hombre le rugió a Mo Xiaomeng con enojo: —¡Incluso si estás enojada conmigo, no deberías desquitarte con otro hombre! ¿Sabes cuánto me estás lastimando?
Mo Xiaomeng estaba aturdida. ¿Por qué seguía actuando éste hombre? ¿Era adicto a la actuación?
Una chispa de sospecha se plantó en su corazón.
¿Podría esta persona ser actor? ¿De qué otra forma actuaría tan bien?
Ye Sijue miró al hombre mientras sus labios delgados y sexys decían: —Disculpe, se ha equivocado de persona. ¡Ella es mi novia, no la suya!
El hombre quedó sorprendido y parecía como si fuera un perro al que le habían pisado la cola mientras pisoteaba con sus pies y decía: —¡¿Qué derecho tienes para decir que mi novia es tuya?! Muy bien, dime, ¡¿qué evidencia tienes para demostrar que ella es tu novia?!