El pequeño rostro de Mu Xiaoxiao estaba cada vez más caliente, sentía como si estuviera a punto de ser succionada por sus pupilas negras.
—Un poco más cerca. —dijo Yin Shaojie con una voz profunda y hechizante.
Mu Xiaoxiao se detuvo. —Tu cara está tan caliente...
Curvó el borde de su boca. —Tonta, es tu cara la que se está calentando.
Ella no tenía idea de cuan rojo que se veía su rostro. Era simplemente... bueno, era simplemente más apetitoso que una fresa fresca.
Mu Xiaoxiao era testaruda y no admitía que ella era la que se estaba sonrojando.
—¡No! claramente eres tú...
Con una mirada astuta, se burló de él: —Yin Shaojie, no vas a tener fiebre otra vez, ¿verdad? Eres realmente inútil. Eres tan frágil.
Yin Shaojie estrechó los ojos.
«¿Sabe esta desgraciada de qué está hablando?»
«¿Le dijo a un hombre que era débil?»