Mu Xiaoxiao pareció saber lo que estaba pensando. A propósito, ella sonrió con una sonrisa brillante y respondió: —Betty, ¿no me habías preguntado de dónde había sacado esta tarjeta? Él me la dio.
Betty estaba aturdida. —Tú...
«¿Cuál era su relación?»
Si ella era la persona a quien él perseguía y ellos sólo eran novia y novio, ¿cómo podría haberle dado una tarjeta negra tan importante para que la usara?
Mu Xiaoxiao echó un vistazo a Yin Shaojie. Usando un tono como el de una Señorita, le ordenó: —Díselo tú.
Yin Shaojie puso un brazo alrededor de los hombros de Mu Xiaoxiao. Sus labios se curvaron y sonriendo sensualmente le dijo a Betty: —Ella es mi prometida.
Al instante la cara de Betty se puso verde.
Sus ojos se abrieron tanto que parecía que se les iban a caer.
Mu Xiaoxiao se reía en su interior. Casi quería sacar su teléfono y tomar una foto de la patética expresión de Betty.