—Entonces, ¿de verdad... no has sentido nada por ella? —Mu Xiaoxiao dudó por un momento y luego preguntó— ¿Ni siquiera una pizca?
Aunque fingía que no le importaba, pensaba: «¡jum! ¡Aunque sea una pizca, ya no lo querré!»
—No, ni siquiera una pizca —lo vio mirándola fijamente, respondiéndole con determinación.
Yin Shaojie cerró los ojos, frunció el ceño y pellizcó el espacio entre sus cejas de nuevo.
Mu Xiaoxiao estaba pensando en algo y no lo había visto actuando extraño.
En su mente, dos personitas estaban discutiendo.
—Ya ha quedado en claro que todo fue un malentendido —decía una de ellas—. No hay nada entre él y An Zhixin, ni tampoco siente nada por ella. Todo el trato agradable con ella fue para aclarar lo de hace siete años.
Al escuchar éste razonamiento, no parecía haber razones para no perdonarlo.