Cuando los dos llegaron a la entrada del pequeño parque, vieron un Bentley negro estacionado junto a la entrada. Al ver que Mu Xiaoxiao se acercaba, un hombre en traje la recibió, colocando su mano derecha delante de sí mismo mientras la saludaba respetuosamente. —Señorita.
Mu Xiaoxiao asintió. —¿Dónde está lo que te pedí que te prepararas?
El hombre sacó una tarjeta de su bolsillo y se la pasó.
Mu Xiaoxiao tomó la tarjeta y agitó la mano para hacerle señas.
El hombre volvió a ponerse delante del coche.
Mu Xiaoxiao llevó a Lu Yichen a otro lado, le pasó la tarjeta en su mano mientras decía: —Hay 2.000.000 de yuanes dentro. La clave es... puedes quedártelo y usarlo para el tratamiento de la tía. Si no es suficiente, házmelo saber.
Lu Yichen lucía grave con el ceño fruncido, ya que dijo: —No puedo tomarlo.
Mu Xiaoxiao lo miró, con los ojos aún llorosos y brillantes, y lo amenazó: —¿Quieres verme llorar de nuevo? ¡Tómalo! ¿Lo vas a hacer?
