Mientras tanto.
Mu Xiaoxiao había estado caminando, sin saber dónde estaba.
Sin saberlo, había salido de la ruidosa calle del bar y llegó a la tranquila entrada de un pequeño parque.
En la oscuridad, sus mejillas todavía estaban mojadas por las lágrimas. Éstas rodaron por sus mejillas y cayeron al suelo incesantemente.
Entró en el pequeño parque, encontró una esquina y se puso en cuclillas abruptamente.
Esta vez, finalmente lloró fuerte, sin restricciones.
—Buah buah...
No había más gente allí, así que se lamentó como una niña que había sido abandonada, afligida como si hubiera perdido todo su mundo.
En su mente hicieron eco las palabras que Yin Shaojie había dicho anteriormente en el bar: —Desde joven, sólo ha habido una.
Dijo que sólo había besado a una chica.
¡Mentiroso!
Yin Shaojie, ¡mentiroso!
En ese momento, Mu Xiaoxiao lloró aún más fuerte, su corazón gritaba de odio mientras lo maldecía.
