Mu Xiaoxiao se volteó en la cama y vio la hora. Ya eran las once y media.
Se sentó súbitamente y golpeó la almohada. —¡Yin Shaojie! ¡Bastardo! No estás haciendo una tontería de nuevo, ¿cierto?
Recordando el primer día cuando volvió a China, él también estuvo afuera hasta tarde y bebió mucho.
Sin embargo, ese idiota tenía bastante resistencia al alcohol. No importaba cuanto bebiera, no parecía emborracharse.
Claramente, ella seguía molesta con Yin Shaojie. Lo había estado tratando con indiferencia, haciéndolo a un lado deliberadamente.
Pero cuando no estaba con ella, Mu Xiaoxiao no podía evitar imaginarse cosas, preguntándose qué estaba haciendo a esta hora y con quién.
El cuarto estaba tan en silencio, que hacía sentir a Mu Xiaoxiao más inquieta. Se quitó la manta y se bajó de la cama, abrió la puerta y salió.
Ya era bastante tarde, al parecer Mamá y Papá Yin se habían ido a su cuarto a dormir.