Al ver el cambio en la expresión de An Zhixin, Wang Shiyu supo que sus palabras funcionaron, se acercó y le sostuvo el brazo. —Zhixin, ahora que se te ha presentado una buena oportunidad, ¡tienes que aferrarte a ella y no soltarla nunca más! ¡Incluso si tienes que pelear con uñas y dientes, tienes que quedarte con Yin Shaojie!
An Zhixin la miró a los ojos. Su dudoso corazón se volvió más determinado.
Tenía razón, no podía perder a Yin Shaojie.
¡Tampoco quería hacerlo!
—Dime, Shiyu, ¿qué debo hacer entonces? —An Zhixin recordó lo protector que había sido Yin Shaojie con Mu Xiaoxiao. Sintió una gran envidia esa vez y no pudo evitar pensar lo bien que habría sido estar en el lugar de Mu Xiaoxiao.
¿Qué chica no querría que la protegieran y cuidaran de esa forma?
Además, Yin Shaojie era un galán influyente y guapo que no sólo tenía un rostro atractivo, sino que también un nombre temperamental, el modelo de chico de los sueños de cada muchacha.